martes, 23 de noviembre de 2010

derechos humanos: sinceridad

El valor de la sinceridad

Hubo una vez un emperador que convocó a todos los solteros del reino pues era tiempo de buscar pareja a su hija. Todos los jóvenes se presentaron ante el rey, el cual les dijo: “Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros, al cabo de 6 meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta más bella ganará la mano de mi hija, y por ende el reino”. Así se hizo.
Todos los jóvenes del reino estaban ocupados en cultivar sus plantas, pero había un joven que plantó su semilla y no germinaba. Todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y mostrar las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas. El tiempo pasó y como no hay plazo que no se cumpla, llegó el día de presentarse al castillo; todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas.
El joven de nuestra historia estaba demasiado triste pues su semilla nunca germinó, no tenía humo de siquiera presentarse en palacio, pero su madre le insistió en que debía ir pues era un participante y debía estar allí, debía terminar lo que había empezado, aunque no hubiera sido un éxito.
Con la cabeza baja y muy avergonzado, el joven se presenta en palacio y se pone al final de todos los contendientes, tratando de esconder la vergüenza de su maceta vacía. Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo soltaron en risa y burla. En ese momento el alboroto fue interrumpido por el ingreso del rey, todos hicieron su respectiva reverencia mientras el rey se paseaba entre todas las macetas admirando las plantas.
Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamó de entre todos al joven que llevó su maceta vacía; atónitos, todos deseaban una explicación de aquella extraña acción. Al notar el alboroto, el rey dijo: “Este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando otras plantas, pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, real y valiente cualidades que un futuro rey debe tener y que mi hija merece”.

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